Castillos del Loira

Chambord, Blois, Chenonceau, Azay-le-Rideau... Estos son sólo algunos de los muchos nombres de los castillos del Valle del Loira, una diversidad que se traduce en una gran variedad de estilos arquitectónicos que proporcionan una fascinante visión de la historia de Francia. Más allá de la arquitectura, es también el arte del jardín francés, así como cientos de hectáreas de parques naturales, lo que le ha valido a esta región figurar en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

En este sentido, el castillo de Chambord, el mayor de los castillos del Loira, es representativo de esta diversidad: cada rey sucesivo le ha hecho su propia modificación. Más monumento a la gloria del humanismo naciente que vivienda, el castillo de Chambord es hoy uno de los ejemplos más perfectos y notables de la arquitectura francesa.

El castillo de Amboise, por su parte, fue residencia favorita de los reyes de Francia en la Edad Media, como demuestra su riquísima biblioteca, que prefiguró la Biblioteca Nacional de Francia (BnF). Pero su mobiliario no es tan bueno como el del castillo de Cheverny Domaine de Cheverny, el más magníficamente amueblado de los castillos del Loira.

En cuanto al castillo de Chenonceau, tal vez porque desde el siglo XVI ha sido construido, transformado y conservado casi exclusivamente por mujeres (Diana de Poitiers, Catalina de Médicis, Luisa de Lorena, Madame Pelouze...), es hoy el monumento histórico privado más visitado de Francia. Todo en él destila encanto y paz, equilibrio y refinamiento, desde sus interiores y jardines hasta la armonía general de la finca.
La diversidad de los castillos del Valle del Loira es tanto mayor cuanto que se construyeron a lo largo de muchos años. En los alrededores de la bonita Ciudad de Chinon, encontrará castillos medievales como la fortaleza real de Chinon y el castillo de Rivau, residencia del Gran Chambelán de Carlos VII. En el oeste de Indre et Loire, también merece la pena visitar el castillo de Ussé (la Bella Durmiente), el castillo de Villandry y sus extraordinarios jardines, el castillo de Langeais y la ciudad real de Loches, en el sureste del departamento.

Aunque todos ellos son únicos, los castillos del Loira comparten una identidad común, nacida de su proximidad al hermoso valle, con su rica y exuberante vegetación, que rodea al río más largo de Francia: el Valle del Loira, un espacio natural por derecho propio, tierra de gastronomía y vino, y cuna de las incomparables Ciudades Patrimonio de Angers, Tours, Orleans y Blois.