El Perigord

El Périgord, que se extiende por todo el departamento de Dordoña, es una zona predominantemente rural de impresionante belleza natural, con abundantes atractivos culturales, entre los que destacan varios Lugares de interés histórico como las cuevas de Lascaux y la antigua Ciudad de Périgueux. El Périgord suele dividirse en cuatro partes, cada una de las cuales ofrece encantos diferentes, que se distinguen por el color: el Périgord verde, el Périgord blanco, el Périgord negro y el Périgord púrpura.

En el norte, el Périgord Vert debe su nombre a sus grandes bosques de robles, ideales para actividades al aire libre y senderismo. La región cuenta con numerosos lugares notables, como el castillo de Puyguilhem, que data del Renacimiento y tiene un estilo similar al de los castillos del Valle del Loira, y la gruta de Villars, que contiene pinturas paleolíticas similares a las de la cueva de Lascaux.

La cueva de Lascaux y sus asombrosas pinturas rupestres se encuentran en el Périgord Noir, una zona con numerosas Ciudades medievales, lo que la convierte en una opción natural para las visitas culturales. En los Jardins du manoir d'Eyrignac, por ejemplo, podrá conocer mejor la historia de la región, desde la prehistoria hasta el Renacimiento.

El Périgord Blanc es una región esencialmente rural en la que se encuentra la Ciudad más grande del Périgord, Périgueux. En Périgueux, ciudad de arte e historia, descubrirá un patrimonio muy rico, con 44 monumentos históricos catalogados que abarcan desde la Antigüedad hasta el Renacimiento. Con sus numerosos Restaurantes, la Ciudad es un destino privilegiado para degustar la gastronomía del Périgord, incluida la famosa trufa negra, o la nuez del Périgord, presente en numerosos platos típicos.

Por último, la región del Périgord púrpura debe su nombre al color de las hojas de la vid, lo que la convierte en un lugar ideal para el enoturismo, con visitantes que descubren los vinos de la zona, sobre todo en los alrededores de la finca de Bergerac o en el castillo de Monbazillac.

Cuatro colores para cuatro escapadas diferentes que se complementan, con la posibilidad de disfrutar de la naturaleza, descubrir un rico patrimonio que se remonta a la prehistoria, degustar la buena cocina y seguir la ruta del vino a través de un territorio completo y variado de tradición milenaria.